Las actividades para generar energía eléctrica, distribuir gas y electricidad hasta los puntos de consumo así como comercializar dicha energía, están ligadas a una importante carga ambiental. EDP España ha analizado todos los aspectos ambientales e implantado medidas para su prevención y minimización.

Generación eléctrica

Las centrales térmicas queman combustibles en una caldera y calientan agua para generar vapor que se expande en una turbina, generando energía eléctrica en un alternador. Como resultado de la combustión se obtienen gases que se depuran y se eliminan finalmente por la chimenea (emisiones).

Las centrales térmicas de carbón, además, generan residuos procedentes de la combustión (cenizas y escorias) y yeso, subproducto de la desulfuración de los gases.

Otra forma de obtener energía eléctrica es a través de los aprovechamientos hidráulicos de los ríos, donde el agua embalsada se hace pasar por una turbina, transformando la energía potencial del agua en energía mecánica, que a su vez transmite la energía a un alternador para producir electricidad. (Aguas y vertidos)

La procedencia principal del agua utilizada en nuestras centrales son los ríos, muchos de ellos situados en espacios protegidos o sobre hábitats y ecosistemas de especial interés.

Como en cualquier otra actividad industrial, en todas las instalaciones se tienen en cuenta las medidas necesarias para una adecuada gestión del suelo y del impacto acústico al exterior.

 

Distribución de gas y electricidad

La energía generada en los centros productores se distribuye por las líneas eléctricas hasta los hogares y resto de consumidores.

Para disminuir las pérdidas por las redes, se eleva la tensión de la energía eléctrica en los puntos de generación y se vuelve a transformar a media o baja tensión en puntos cercanos a su consumo. Para ello se emplean transformadores así como otros equipos de medida y protección, ubicados en subestaciones, centros de reparto y/o centros de transformación.

Estos equipos utilizan principalmente aceite como refrigerante, por lo que se realiza un adecuado mantenimiento de los mismos para minimizar la producción de residuos así como evitar cualquier fuga o derrame accidental.

La aparamenta utilizada como corte y protección de los elementos principales de la red utiliza un agente dieléctrico, aceite o hexafluoruro de azufre (SF6) principalmente, que es quien realmente hace efectivo el corte o extinción del arco eléctrico. El correcto mantenimiento de dichos equipos es fundamental, sobre todo en el caso del SF6, ya que se trata de un gas causante del efecto invernadero.

En el caso de la distribución de gas, éste se puede canalizar desde las plantas de regasificación o bien se dispone de plantas satélites de GNL donde se almacena el gas natural licuado y se distribuye a los puntos de consumo. Para la regasificación puede ser necesario un aporte de calor que se obtiene quemando en unas pequeñas calderas parte del gas natural almacenado, evitando así la congelación del sistema.

Para garantizar el suministro en cualquier punto de nuestra geografía, las redes se proyectan teniendo en cuenta el mínimo impacto ambiental si bien en algunos casos es inevitable atravesar espacios naturales.

Estas redes deben estar accesibles, lo que nos obliga a la corta de la vegetación de porte que crece en las trazas. Esta actuación reduce significativamente el riesgo de incendio en el caso de las redes eléctricas, evitando el contacto de las mismas con la vegetación.

Comercialización energética

La comercialización de energía consiste en la venta de energía y servicios de valor añadido a nuestros clientes: mantenimiento de la instalación y electrodomésticos del hogar, facturación electrónica, y otros servicios para mejorar la eficiencia energética de las instalaciones.