Rutas a un paso. Vegas de pastores y calizas de montaña. Actividad en la que colabora la Fundacion Hidroelectrica del Cantábrico

Martes 03, Abril 2001

En la Montaña de Covadonga hay maravillosos lugares no muy concurridos aún, con verdes majadas (las vegas de pastoreo), rodeados de altos picachos (la roca caliza). La cercanía de los afamados lagos Enol y La Ercina.

Cada día más personas buscan nuevos lugares naturales donde ir a descansar unas horas y olvidarse así de los problemas cotidianos de la gran ciudad. En el hermoso entorno de la Montaña de Covadonga, cerca de los lagos Enol y La Ercina, se encuentran varias majadas dignas de ser visitadas en un corto paseo. Por ejemplo, Moroñes y Fana, por la zona Oeste de dichos lagos; las vegas de Bricial y Ceñal, en la parte sureña; La Güelga, Brañarredonda y Parres (a las que se accede por la sin par Belbín) en la zona Este, y la maravillosa Comeya o las recónditas majadas de Soñín (de Arriba y de Abajo) en la parte norteña. Lugares todos ellos de ensueño y verdaderos reinos de paz y tranquilidad.

Hay que controlar los accesos a esos bellos lugares, con equipos de protección medioambiental, no nos cansaremos de decirlo. También es preciso regular los medios motorizados por determinadas zonas. Y puede convenir darlo a conocer, pues recordemos que la Naturaleza es de todos, pero todos tenemos, asimismo, la obligación de cuidarla como un preciado legado para generaciones futuras. Vienen a colación las palabras que pronunció hace casi un siglo Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, impulsor de los parques nacionales españoles: «Con el tiempo se verán autocares y más autocares que junto a la playa gijonesa de San Lorenzo pondrán, sin cuento, unos a la Vega de Ario y otros al Mirador de Ordiales». En este Parque Nacional de los Picos de Europa creemos que nunca llegarán los autocares a esos lugares, pero sí es preciso que los conozcan muchas personas, caminando. Pues lo que no se conoce no se aprecia y lo que no se quiere no se suele defender como un tesoro. Pero a estos 'santuarios naturales' hay que ir con respeto y educación.

Si vamos a las majadas de Comeya, Belbín o Soñín, por ejemplo, el mejor camino es el que sale junto al lago de La Ercina, en la vega La Tiese, en dirección Noreste. Lo primero, al subir la loma del Picu Llucia, es ir por la senda. No tomar atajos y respetar las llamadas barreras contra la erosión. Esto, muchos turistas, incluso montañeros (como vimos en más de una ocasión) no lo hacen. Así se destrozan las camperas y los verdaderos caminos. Después una marcada pista nos llevará, por la vega de Bufarrera (Casas de Buferrera) a la maravillosa vega de Belbín, en menos de una hora. En otra hora de fácil caminata se puede ir de esta majada a las de La Güelga, Brañarredonda y Parres, si tomamos las sendas en dirección Este. Pero si giramos al Noroeste, pasaremos por la vega Las Mantegas y el Texeu, de donde se sube en similar tiempo a Soñín, ahora con placas de energía solar en sus cabañas y una cercana pista que llega desde los Gamonedo (y que destrozó una importante senda romana). En esta zona, como para ir a la vega de Comeya, por el Valle de Les Llampaces, hay varias vías romanas. En otra hora más se baja a Comeya, por Soñín. Y en dos o tres horas a Benia o Avín, así como a Ortiguero o La Molina.

Por pistas o antiguas sendas se intentará recorrer estos bellos lugares en la próxima excursión del programa Naturaleza y Cultura, de El Comercio y La Voz de Avilés, el 8 de abril. Actividad en la que colabora, La Fundación Hidroeléctrica del Cantábrico.