Infografia
Ciclo del Agua
¿Sabías que el 97% del agua del Planeta es salada, concentrándose en mares y océanos?
Mantener un equilibrio sostenible es el objetivo de la Directiva Marco del Agua, adoptada en 2000, que sienta las bases de una política del agua moderna, global y ambiciosa para la Unión Europea, con el fin de garantizar suficientes cantidades de agua de buena calidad en toda Europa.
La Administración garantiza el uso y disfrute general o común del agua, si bien se pueden autorizar usos privativos, consuntivos o no, para el desarrollo de servicios o actividades, dentro de una Planificación Hidrológica general que garantiza la disponibilidad del agua para los usos comunes y privativos.
Las Administraciones competentes establecen diferentes sistemas de control en las distintas etapas del uso del agua, controlándose tanto la captación como el uso y consumo, o la carga contaminante aportada por los vertidos y su impacto en la calidad del medio.
¿Cómo hacer un uso adecuado del agua?
Masas de agua:
Ríos
Embalses y masas de agua muy modificadas
Lagos
Aguas de transición (rías y similares)
Aguas costeras
Aguas subterráneas (acuíferas)
Zonas protegidas
Captación de agua para abastecimiento
Protección de hábitats o especies
Aguas minerales y termales
Reservas naturales fluviales
Humedales protegidos
Usos recreativos y aguas de baño
Garantizar el equilibrio ambiental, uso racional del agua y su sostenibilidad
Limitaciones de uso de los terrenos en zonas inundables (construcción, actividades, etc.)
Autorizaciones y concesiones de uso
Vertidos de aguas
Reutilización
El objetivo clave es alcanzar el “Buen Estado Ecológico” de las aguas:
Indicadores biológicos
Indicadores físico-químicos
Condiciones hidromorfológicas
Ictiofauna
El agua disponible se reparte según prioridades y compatibilidades:
Abastecimiento de población
Ganadería
Usos industriales
Regadío
Acuicultura
Usos recreativos, ocio y turismo
Navegación y transporte
Otros usos
Planificación hidrológica
Los planes hidrológicos son la herramienta fundamental para la gestión del agua, al permitir el equilibrio entre la consecución de los objetivos ambientales y los objetivos de atención a las demandas
Se entiende por caudal ecológico al caudal que contribuye a alcanzar el buen estado o buen potencial ecológico en los ríos o en las aguas de transición y mantiene, como mínimo, la vida piscícola que de manera natural habitaría o pudiera habitar en el río, así como su vegetación de ribera.
El agua es una fuente inagotable de energía renovable con un gran potencial eléctrico. No obstante, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), solo el 20% de la electricidad mundial procede de esta fuente de energía, cifra que asciende al 33% en los países desarrollados y que disminuye al 8% en el tercer mundo, según información de la UNESCO.
Aun así, es la fuente de energía renovable más utilizada en el planeta. Actualmente, Canadá, Estados Unidos y China son los mayores productores del mundo. A nivel europeo, España ocupa el tercer puesto en cuanto a potencia hidroeléctrica instalada, solo superada por Italia y Francia; y su parque hidroeléctrico supone el 10% del parque de los estados miembro de la Unión Europea.
Dada la orografía nacional y la existencia de un gran número de embalses, España posee una larga tradición hidroeléctrica, representando en el año 2017 el 17% del total de la producción eléctrica nacional (balance REE).
EDP España mantiene una estrecha relación con la gestión del agua ya desde sus orígenes, puesto que la fundación de la empresa en el negocio eléctrico se remonta a 1920 con la constitución de la sociedad Saltos de Agua de Somiedo.
Considerando las actividades realizadas por EDP en España en los negocios eléctrico y gasista, puede decirse que las instalaciones de producción eléctrica son "intensivas en el uso del agua", dado que dependen en gran medida de este recurso para su funcionamiento:
• En el caso de las Centrales Hidráulicas la dependencia es evidente, ya que el agua se utiliza de forma directa para mover las turbinas y producir electricidad. Se trata, eso sí, de un uso no consuntivo.
• En el caso de las Centrales Térmicas, el agua se utiliza en dos procesos; por un lado, en el ciclo agua-vapor, donde el vapor de agua producido mueve las turbinas, y, por otro lado, en el sistema de refrigeración, que supone el consumo más importante.
¿Cómo gestiona EDP España el agua?
Gestión del agua en nuestras centrales hidráulicas
El agua es la materia prima para producir electricidad en las centrales hidráulicas, ya que se utiliza de forma directa para mover las turbinas. Podemos distinguir dos tipos de centrales hidráulicas:
• De agua fluyente: estas centrales no cuentan apenas con reserva de agua; el caudal suministrado depende del aporte del río.
• De agua embalsada: el agua que se utiliza en la central procede de un lago o pantano artificial, construido mediante presas. En función de la demanda, se deriva el agua embalsada a través de conductos que llevan a las turbinas.
En la actualidad, EDP España explota 11 centrales hidráulicas de titularidad propia y participa al 50% en la Comunidad de Bienes que explota la Central Hidráulica de Salime, encontrándose todas ellas en el Principado de Asturias.
Dado el elevado grado de protección ambiental desarrollado en el Principado de Asturias, muchas de las centrales e instalaciones de producción de EDP en España se encuentran ubicadas en áreas naturales con algún grado de protección.
De este modo, en todas las CCHH se dispone de Planes de Vigilancia Ambiental que garantizan que se cumplen todos los requisitos ambientales aplicables, y, en especial, las licencias, permisos y autorizaciones existentes, lo que queda reflejado con la implantación del Sistema de Gestión Ambiental de acuerdo a la norma ISO 14.001 conseguida ya en el año 2008.
En cualquier caso, las normas de explotación y la cantidad de agua que se puede aprovechar en un salto está regulada en las Concesiones de aprovechamiento hidráulico, y en el caso de las centrales hidráulicas de EDP España, esta captación no afecta de forma significativa a ninguna masa de agua.
Asimismo, las concesiones o acuerdos establecidos con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico delimitan el llamado caudal ecológico, que es el agua necesaria para preservar los valores ecológicos del cauce, presentando todos los ríos tributarios y receptores valores de indicadores ecológicos y fisicoquímicos adecuados, lo que valida la compatibilidad de las centrales con los hábitats y ecosistemas en que se ubican.
Ventajas de la energía hidroeléctrica
Uno de los mayores beneficios de las plantas hidroeléctricas es que no requieren combustibles fósiles (gas, carbón o fuel) para generar electricidad. Sólo dependen del curso del agua, dependiendo su disponibilidad de la hidraulicidad del año (año seco vs año húmedo, según pluviometría y parámetros climatológicos), donde períodos prolongados de sequedad ambiental y elevadas temperaturas limitan el acceso al recurso tanto para la actividad industrial y energética (producción en centrales hidráulicas y potencial de refrigeración en centrales térmicas), como para usos agropecuarios y domésticos.
Además, el impacto medioambiental se reduce drásticamente al no emitir gases contaminantes, ayudando a mitigar los efectos del cambio climático. La vida útil de las infraestructuras hidráulicas es muy larga, pero puede ser muy variable dependiendo del tipo de presa y construcción o de variables ambientales, como la erosión y acumulación de sedimentos, pero ha convertido a la energía hidroeléctrica en uno de los recursos renovables más utilizados en la actualidad. Según la normativa española, actualmente las concesiones son de hasta 75 años, prorrogables bajo determinadas circunstancias.
Las centrales hidráulicas se caracterizan por tener bajos costes de explotación, lo que, junto con el ahorro en combustible, hacen de este tipo de energía una vía excelente para reducir la dependencia energética exterior, aspecto relevante en el caso de España que, en 2013, importó el 72% de la energía primaria.
Otros centros productivos con grandes consumos de agua son las centrales térmicas, tanto de Carbón como los Ciclos Combinados de gas.
EDP en España tiene las siguientes instalaciones de este tipo:
- Central Térmica de Carbón y Central Térmica de Ciclo Combinado de Soto de Ribera: mediante una Comunidad de Usuarios, ambas centrales disponen de agua para la refrigeración de las unidades y para la producción de agua desmineralizada del ciclo agua-vapor, a través de una captación de agua superficial en el río Nalón, autorizada por Confederación Hidrográfica del Cantábrico.
- Central Térmica de Aboño: dispone de una captación de agua de mar en las instalaciones de El Musel, debidamente autorizada por la Autoridad Portuaria de Gijón.
- Central Térmica de Ciclo Combinado de Castejón: dispone de una captación superficial en el río Ebro, autorizada por la Confederación Hidrográfica del Ebro, y de una balsa de emergencia, que le permite la operación en períodos de fuerte estiaje sin necesidad de nuevos aportes, garantizando la disponibilidad aguas abajo para riego y consumo.
La mayor parte de este agua, exceptuando las pequeñas pérdidas por evaporación en las torres de refrigeración, es devuelta al medio original en condiciones físico-químicas que no lo alteran y que permiten su reutilización por los usuarios aguas abajo. El principal impacto de este vertido es un posible incremento de la temperatura del río, efecto que se mitiga en las torres de refrigeración donde el agua se enfría en contacto con el aire generando una llamativa columna de vapor de agua.
El resto de aguas industriales de estas centrales se vierten tras el correspondiente tratamiento en una planta de efluentes, lo que garantiza el cumplimiento de los parámetros establecidos en cada una de las autorizaciones de vertido existentes y el mantenimiento de la calidad del medio receptor.
En este sentido, el buen estado de las masas de agua no haría necesario la concertación de nuevos caudales ecológicos, si bien la nueva Planificación Hidrológica somete alguno de ellos a revisión, lo que supone una restricción sujeta a análisis coste-beneficio medioambiental teniendo en cuenta el carácter fundamental de la energía hidroeléctrica para garantizar el suministro eléctrico y la calidad de éste.
Al transformarse en vapor se mueven las turbinas, y con ellas, el alternador que finalmente genera la electricidad que se vierte a la red. Es una operación que aunque se realiza en circuito cerrado (el agua se vaporiza en la caldera, y el vapor, después de pasar por las turbinas, se condensa nuevamente para retornar a la caldera y repetir el ciclo), requiere un pequeño aporte continuo. La causa de este aporte es que, el agua captada, antes de ser utilizada para generar vapor, se ha de someter a una serie de tratamientos con aditivos químicos para mejorar su calidad y evitar problemas de corrosión en la caldera; estos aditivos no se evaporan, por lo que el agua del circuito tiende a concentrarse en sales, lo que hace necesaria una pequeña purga y la correspondiente captación para compensarla.
Aporte al Sistema de Refrigeración: es el consumo más importante de agua en una central térmica con turbina de vapor. El vapor que se ha expandido en la turbina necesita ser condensado para continuar el circuito. Existen dos sistemas de refrigeración para efectuar esta condensación:
- Refrigeración por captación directa: cuando se dispone de una gran cantidad de agua, se toma directamente de un caudal público (río, lago, mar...) y se devuelve a mayor temperatura.
- Refrigeración en circuito cerrado (torres de refrigeración): se basa en la evaporación del agua para rechazar el calor de un proceso (en este caso, la generación de energía eléctrica). En realidad es un proceso semiabierto: además de la pérdida por evaporación, parte del agua se purga y se reemplaza por agua fresca para evitar la concentración de sales.