Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón, y Javier Sáenz de Jubera, director general corporativo de EDP, firmaron un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Gijón y EDP para facilitar el uso del vehículo eléctrico mediante la instalación de nuevos puntos de recarga en la ciudad.

EDP se compromete a instalar dos nuevos puntos de recarga que se suman a los instalados en 2011, merced al acuerdo firmado entre la compañía y el consistorio. Además de los tres puntos actuales que se encuentran repartidos por la ciudad, será posible también la recarga de vehículos eléctricos en el aparcamiento del Parque Tecnológico y en la calle Río de Oro, junto al centro municipal de El Llano. Tanto los nuevos puntos de recarga como los actuales –situados junto al Ayuntamiento de Gijón, el Estadio Municipal de El Molinón y la Fábrica del Gas- tendrán señalizadas las plazas de aparcamiento para la recarga de los vehículos eléctricos.

La instalación, mantenimiento y el suministro eléctrico de todos estos equipos de recarga corre a cargo de EDP y no conlleva costes al Ayuntamiento.

La Tarjeta Ciudadana del Ayuntamiento de Gijón será el instrumento que habilite el acceso a los diferentes puntos de recarga, ya que EDP instalará en todos los puntos de recarga diversas mejoras tecnológicas, entre ellas la que permite que los puntos sean compatibles con la utilización de la actual Tarjeta Ciudadana de Gijón.

Ambas partes ratifican así su compromiso del fomento de la movilidad sostenible, que permite un mayor cuidado del entorno. La utilización de cada vehículo eléctrico en lugar de un vehículo de combustión evita la emisión a la atmósfera de dos toneladas de dióxido de carbono al año.

EDP ya tiene instalados puntos de recarga en sus centros de trabajo y amplía, de forma continuada, la flota interna de vehículos eléctricos para diferentes departamentos de la compañía. El vehículo eléctrico constituye una alternativa de movilidad viable para el transporte de personas y bienes de una forma respetuosa con el medio ambiente. Son vehículos que se impulsan mediante motores eléctricos en vez de motores de combustión. Se desplazan gracias a la energía almacenada en las baterías incorporadas al vehículo. Para recargarlas es necesario conectarlas a la red eléctrica en un punto de recarga o “surtidor” de electricidad mediante un cable.