Del carbón se aprovecha todo

Monday 19, June 2017

Minimizar el impacto ambiental de la generación con carbón. Esta es una de las prioridades de EDP sus actuaciones en las centrales térmicas de Aboño y Soto de Ribera. A las importantes inversiones en mejoras ambientales, más de 200 millones de euros en la última década, se suman importantes iniciativas y proyectos que permiten aumentar el ciclo de vida, en otros sectores, de los materiales que se generan tras la combustión del carbón en las centrales.

Minimizar el impacto ambiental de la generación con carbón. Esta es una de las prioridades de EDP us actuaciones en las centrales térmicas de Aboño y Soto de Ribera. A las importantes inversiones en mejoras ambientales, más de 200 millones de euros en la última década, se suman importantes iniciativas y proyectos que permiten aumentar el ciclo de vida, en otros sectores, de los materiales que se generan tras la combustión del carbón en las centrales.

El carbón mineral que se quema en las instalaciones contiene, fundamentalmente, carbono, que es el elemento que combustiona en la caldera con el oxígeno del aire. Además de carbono, también contiene compuestos que no son combustibles, como son los silíceos y aluminosos. Estos son los materiales que pueden aprovecharse como materia prima en otros sectores.

Como consecuencia del proceso de combustión del carbón y la posterior depuración de los gases de combustión en una central térmica se pueden generar tres materiales: cenizas volantes, de fondo y yeso. Sus características físico-químicas permiten incorporarlos de forma directa a procesos productivos de sectores como el de la construcción y el agrícola.

En las centrales térmicas de Aboño y Soto de Ribera, EDP ume una media de dos millones de toneladas de carbón al año. La combustión del mismo genera, aproximadamente, 240.000 toneladas de cenizas volantes, 46.000 de fondo y 60.000 de yeso. Más del 65% de las cenizas y del 80% del yeso producidos son comercializados para la fabricación de diferentes materiales de construcción.

Las cenizas de fondo son materiales que, por su peso, se acumulan en el fondo de la caldera. Desde allí se extraen, continuamente, en forma granular y se almacenan en silos. Se pueden aprovechar en la fabricación de hormigones o materiales de construcción, o para la realización de rellenos en obra pública.

Las cenizas volantes, en cambio, son más ligeras -con un tamaño pulverulento- y se captan en el sistema de depuración de gases de la instalación térmica, concretamente en el electrofiltro. Este equipo captura, mediante un proceso electroestático, dichas cenizas volantes, que se recogen también en un sistema de tolvas y se transportan de forma neumática hasta los correspondientes silos. Como en el caso de las cenizas de fondo, se usan en la elaboración de materiales de construcción, fundamentalmente en la fabricación de cementos de diversos tipos.

En el caso del yeso, este material se genera en las plantas de desulfuración, en funcionamiento desde 2007 en el grupo 2 de Aboño y desde 2008 en el grupo 3 de Soto de Ribera.

En estas plantas entran los gases procedentes de la combustión y se les inyecta una solución de piedra caliza micronizada, cuyo componente principal, el carbonato de calcio, reacciona con el dióxido de azufre presente en los gases. El resultado de este proceso químico, que reduce las emisiones de dióxido de azufre en más de un 90%, es sulfato de calcio cristalizado (componente mayoritario del yeso), y con una pureza aproximada del 95%, muy superior a la del yeso natural (80%).

El yeso tiene diferentes aplicaciones. En la construcción se usa como materia prima para la fabricación de morteros y paneles de cartón-yeso