Entre los chicos y chicas asistentes se encontraban representadas todas las comunidades autónomas de España y 14 nacionalidades diferentes. El Campus separó a los jugadores en grupos según los distintos niveles, y en diferentes pistas a lo largo de la ciudad. Con todos ellos, se trabajó tanto en la mejora de la técnica individual como de trabajo en equipo.

La novedad de esta edición consistió en la utilización de una plataforma profesional para la realización de pruebas físicas de salto, velocidad y destreza, y la posterior comparación de los resultados con los jugadores profesionales. Esta actividad se completó con talleres de idiomas y de informática, donde los jóvenes asistentes pudieron reforzar sus conocimientos en un entorno diferente y divertido, relacionándose y conociendo otras culturas y costumbres.